mencionadas desde la antigüedad en múltiples ocasiones. Aunque en la prehistoria el hombre primitivo debido a su escasa longevidad y a la gran cantidad de ejercicio no debió padecer muchos problemas venosos, hay relatos desde el antiguo Egipto en el año 1150 a.C en los que se describen las várices como “Hinchazones sinuosas y serpentiformes con numerosos nudos” y se proponen algunas técnicas para su tratamiento como la cauterización, tratamiento que también era practicado por los árabes con hierros calientes. En la Biblia por ejemplo se menciona como el Rey Ezequiel es curado de una úlcera crónica por Isaías, mediante la aplicación de una mezcla de pescado seco y agua. Existen pinturas en antiguos vasos en Grecia donde se observan algunos vendajes para su tratamiento. La primera representación en la historia que ha llegado hasta nuestros días de una vena varicosa data del siglo VI AC. Se trata de un bajorrelieve “El Amyneion” que se encuentra en el Museo Nacional de Atenas, en el que aparece una pierna en la que se observa claramente una várice. Hipócrates y Galeno trataban las várices haciendo punciones cercanas buscando la oclusión de la vena, aunque el último, además, le esparcía vino previamente y en especial si había úlceras. El árabe Ali Abbas en el siglo décimo, estableció la relación de esta enfermedad con el hábito de las personas de permanecer de pie y mencionaba que la sangre de las várices era más densa por contener bilis.
mencionadas desde la antigüedad en múltiples ocasiones. Aunque en la prehistoria el hombre primitivo debido a su escasa longevidad y a la gran cantidad de ejercicio no debió padecer muchos problemas venosos, hay relatos desde el antiguo Egipto en el año 1150 a.C en los que se describen las várices como “Hinchazones sinuosas y serpentiformes con numerosos nudos” y se proponen algunas técnicas para su tratamiento como la cauterización, tratamiento que también era practicado por los árabes con hierros calientes. En la Biblia por ejemplo se menciona como el Rey Ezequiel es curado de una úlcera crónica por Isaías, mediante la aplicación de una mezcla de pescado seco y agua. Existen pinturas en antiguos vasos en Grecia donde se observan algunos vendajes para su tratamiento. La primera representación en la historia que ha llegado hasta nuestros días de una vena varicosa data del siglo VI AC. Se trata de un bajorrelieve “El Amyneion” que se encuentra en el Museo Nacional de Atenas, en el que aparece una pierna en la que se observa claramente una várice. Hipócrates y Galeno trataban las várices haciendo punciones cercanas buscando la oclusión de la vena, aunque el último, además, le esparcía vino previamente y en especial si había úlceras. El árabe Ali Abbas en el siglo décimo, estableció la relación de esta enfermedad con el hábito de las personas de permanecer de pie y mencionaba que la sangre de las várices era más densa por contener bilis.